
Mirar a Picasso, a través de sus coloridos, de sus miradas internas, de sus ojos descuadrados, es mirar a través de la vida, una vida fulgurante y desaforada, llena de creación. Este cuadro es uno de mis preferidos de la Colección del Picasso-Málaga, porque refleja la profundidad de Jacqueline, su mujer y amante, una profundidad que se divide en la mirada partida, antagónica, dolida o alegre a la vez y luego el traje de Arlequín, de tonos verdes y morados, algo malagueño, algo de busleque, que siempre acompañó al genial pintor. Espero os guste este cuadro, y vayaís más a fondo a través de la mirada que nos ofrece.